Llego a los 31 mientras el mundo, parece, va a
la deriva. Vuelvo sobre viejas fotos: primeros cumpleaños, pequeñas
tartas, días de inocencia, tiempos sencillos y luminosos... y en el aire, siempre, el olor alegre de la mimosa, que cada febrero florece para regalarme un ramito.
Me encanta la reflexión Laura y esa imagen cargada de recuerdos... Feliz febrero guapa*
ResponderEliminarGracias Verónica, pues sí, la foto de la derecha la descubrí esta Navidad en una caja, era la primera vez que la veía, y me ha transmitido tanto! :)
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